¿Vale la pena enjuiciar a los expresidentes?
Si estuviéramos en tiempo de la guillotina, valdría la pena ver a los expresidentes sin cabeza. En otros países, una consulta como la solicitada, sería un chiste. Donald Trump fue llevado a juicio casi al mes de haber dejado la presidencia estadounidense y sin una consulta, ahí fue decisión del Senado. El problema es que en México aún hay cierta reverencia hacia la figura del presidente (aunque este haya dejado de serlo hace treinta años, para cierto grupo de gente sigue siendo el señor presidente), además que algunos miembros de la Suprema Corte fueron nombrados por Enrique Peña Nieto, así que le deben el puesto y se sentirían como Pilatos enjuiciando a su exjefe.
En sí nadie se opone al concepto de “enjuiciar a los expresidentes”, porque 9 de cada 10 mexicanos lo exige. El problema es el método propuesto. Cuando se indica que Andrés Manuel López Obrador fue quien propuso la consulta, el concepto de politiza. Si apoyas a Amlo, vas a decir que sí. Si no lo apoyas, es casi seguro que no desearás el juicio. Y ese es el problema. Que el voto parece un asunto de chairos contra derechairos. Por supuesto, hay varias razones para llevar a juicio a los expresidentes, nomás checa esto:
Carlos Salinas de Gortari llegó a través de un fraude electoral. Además, hizo una mala distribución de la riqueza, al grado de generar al final de su sexenio 16 multimillonarios para ser mencionados en Forbes, además que privatizó todo lo que era de los mexicanos para darlo a manos extranjeras, y cuando un hombre dijo que cambiaría esa forma tan despiadada de gobernar, lo mataron.
Ernesto Zedillo apenas iniciaba su sexenio cuando vino el famoso Error de diciembre que empobreció más al país, muchas personas perdieron casas, sus patrimonios y lo poco que les quedaba lo vendieron para sobrevivir, además los bancos estaban a punto de quebrar y alguien los tenía que salvar, ¿y qué hizo Zedillo? Creó el Fondo Bancario para la Protección al Ahorro, mejor conocido como Fobaproa, que más allá de servir al ciudadano común y corriente se usó para salvar el pellejo de los banqueros y sus bancos, haciendo que su deuda privada se volviera pública; es decir, una deuda que pagarán los mexicanos habidos y por nacer hasta la tercera generación como si se tratara de una maldición bíblica.
Vicente Fox. Nos llegó a vender la idea que era un político distinto al PRI; sin embargo, él llevó a su máxima expresión ese asunto del Gatopardismo (“cambiar todo para que las cosas sigan iguales", es decir, la estructura priista de gobierno siguió con él). Su sexenio fue un periodo de ocurrencias y chistes malos (incluso, se dice que quien verdaderamente gobernaba el país era su mujer, Martha Sahagún). Él dijo que podía terminar la guerra de Chiapas en quince minutos. Terminó su sexenio y no hizo nada; se subordinó a los caprichos del presidente Bush, al grado de decirle a Fidel Castro (en una cumbre de países americanos hecha en México): “comes y te vas”. En su sexenio se escaparía Joaquín, El Chapo, Guzmán, iniciando así una ola de violencia en nuestro país; además, se autoproclamó como demócrata cuando en el 2005 intentó darle un golpe a Amlo a través del desafuero, dado que el jefe de gobierno de la Ciudad de México en aquel entonces era el puntero en las encuestas, y cometió el peor error de su vida al poner como su sucesor a un monstruo, a Felipe Calderón.
Felipe Calderón, un hombre que ya debería estar enfrentando un juicio en Estados Unidos o en la Corte de la Haya por crímenes de lesa humanidad. Calderón, para legitimarse como presidente (pues ya está más que comprobado que llegó por fraude) le declaró la guerra contra el narco. En su sexenio más de 120 000 mexicanos murieron por balas, secuestros, homicidios, extorsión, derecho de piso, por daños colaterales. Un sexenio donde el país se llenó de desaparecidos, y donde madres buscaban a sus hijas e hijos, abuelos buscaban a sus hijos y nietos. Lo peor del caso es que, con la detención de Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino, ahora sabemos que esa guerra fue una simulación o una farsa, porque en realidad ellos eran los verdaderos narcos. Ese sí fue un dictador. Un déspota que tuvo la ocurrencia de vestir un día el uniforme militar, aunque le quedara todo grande y guango (de ahí que alguien tuvo la ocurrencia de tacharlo de Borolas). Fue un asesino de tiempo completo, no solo hizo desaparecer a jóvenes o hacerlos pasar como criminales cuando no lo eran, también se metió con la vida de los niños. En su sexenio ocurrió la tragedia de la Guardería ABC. Y como una de las dueñas era prima de su esposa, se dieron los mecanismos para que esa mujer no enfrentara la justicia. Lo cínico ocurrió en 2018 cuando, Margarita Zavala, su esposa quiso ser presidente de México, pero el fraude no le funcionó. El problema está que ahora es diputada federal, y quiere ser otra vez candidata presidencial en el 2024. En entrevistas ella dice que no le debe nada a nadie. Y se muestra toda sonrisas, igual su marido, Felipe Calderón.
Enrique
Peña Nieto. El presidente más corrupto en la historia de México. Un
presidente generado por Televisa. Los medios nacionales lo veían como el
salvador de la nación. La revista Time le dedicó una portada con el
título Saving México. Pero en los hechos él nos fregó y bonito.
Él apadrinó una generación de políticos bajo el mote, El nuevo pri
(ahora casi todos están en la cárcel o prófugos). Varios miembros de su
gabinete están a punto de ir tras las rejas, sobre todo si se toman en
cuenta las declaraciones de Emilio Lozoya. Incluso, puede terminar en la
cárcel, Ricardo Anaya, uno de los artífices de la reforma energética.
Ahí tenemos a Rosario Robles, la flamante secretaria de Sedesol, que
diseñó uno de los mecanismos para hacer corrupción a gran escala, La
estafa maestra. Además, él nunca pudo explicar el origen de la Casa
Blanca. Por si fuera poco, cuando sucedió el gasolinazo del 1 de enero
del 2017 soltó la pregunta a través de la televisión, ¿qué hubieran
hecho ustedes?, sin importarle los saqueos. Pero, posiblemente lo que
marque su sexenio sobre otros más sea la tragedia de Ayotzinapa:
desaparición forzada, asesinato y lo peor es que se construyó una verdad
a base de mentiras.
Fox y Calderón están desesperados con este asunto del juicio. Vicente Fox, ya sea a través de Twitter o alguna entrevista a medios informativos, señala que la consulta es un asunto de chairos, peor aún, que es una reverenda jalada. Calderón trata de pintar a Amlo como un asesino con este asunto de los muertos por covid, cuando ya todos sabemos que la gente es necia (se le dice, por el amor de Dios usa el tapabocas, vacúnate y nomás no lo hacen). Enrique Peña Nieto vive en el encierro allá en España, además en cada entrevista se muestra muy demacrado, lo que quiere decir que sí teme perder esa vida de privilegios.
Sin embargo, como señala la Revista Expansión: “para que la decisión de los ciudadanos en la consulta ciudadana sea vinculante para los poderes ejecutivo y legislativo federales, así como para las autoridades competentes deberá contar con la participación de al menos 40 % de los inscritos en la lista nominal de electores”. Dicho de otra manera, de los 110 millones de electores en México, por lo menos 37 millones deben votar a favor del juicio contra los expresidentes ese 1 de agosto. Si no se llega a tal cantidad, las autoridades competentes no iniciarán el juicio contra los expresidentes.
El día que México eligió presidente la República, el INE podía haber hecho la consulta. Y así se mataban a dos pájaros de un tiro. Pero no lo hicieron porque el resultado habría sido apabullante. La consulta podría haberse hecho este 6 de junio del 2021. De nueva cuenta el INE no quiso bajo el argumento que no contaba con suficiente dinero. Tendría que venir una recomendación de la Suprema Corte de Justicia para que decidiera este 1 de Agosto, y sin que se gastara nada, dado que el INE tiene dinero de sobra. Por si fuera poco, Televisa y TvAzteca ni siquiera promocionan la consulta. Tal vez porque la gran mayoría de votantes de esos 37 millones sean jóvenes.
No falta gente que diga que la consulta es una venganza política por parte de Amlo. Es algo imposible de comprobar. Si él fuera un dictador, más que llevarlos a juicio, los hubiera mandado a encarcelar o matar. Sin embargo, y bien mirado, la venganza es tanto tuya como mía. Nomás piensa esto. No tenías que haber salido de México y vivir de inmigrante en Estados Unidos (suponiendo que me leas del otro lado), pero lo hiciste por culpa de estos criminales. Además, durante tu viaje, viviste las de Caín, pues viste morir a varios paisanos en el desierto o morir bajo las balas de la migra gringa, peor aún bajo el odio de mismos paisanos que ya estaban en el otro lado. Y aunque no hayas salido del país, tus hijos, tus nietos y bisnietos no deben pagar la deuda de ricos. Además, tú no tienes que vivir aterrado porque te secuestren o te confundan con algún narco. Aunque alguien diga que es venganza por parte del presidente Amlo, es justicia y es justicia hecha con tu propia mano.
Puede que la pregunta te suene toda rara cuando la leas este 1 de Agosto allá en la casilla. Sin embargo, piensa en tus hijos, o en tu pareja y la vida que le quieres dar. O tal vez ni esté en tus planes casarte, pero sí hacer una carrera profesional, además deseas un México libre de corrupción e impunidad, un México donde no haya balas ni desapariciones forzadas; un México donde cualquier político corrupto sea llevado a juicio político, incluso si está en funciones. El voto que des ese día será un voto a favor de la justicia.
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